Que los homosexuales podamos disfrutar en España de derechos y libertades similares a los de los heterosexuales no es fruto de la casualidad. Los avances que hemos vivido en los últimos años esconden detrás el tiempo, esfuerzo y lucha de muchos activistas a los que no les ha temblado el pulso cuando ha tocado enfrentarse a lo que y a los que nos impedían avanzar.
Lejos de estar todo hecho, nos consideramos en la obligación de agradecerle a todos los activistas de nuestro país la labor que han realizado y que, aún hoy día, siguen llevando a cabo. Y qué mejor forma de agradecer que entrevistando a aquellos más relevantes para que todos vosotros les conozcáis.
Empezamos por Beatriz Gimeno (Madrid, 1962). Mujer, lesbiana, escritora, rebelde y toda una boxeadora en cuanto a derechos LGTB se refiere. Fue presidenta de la FELGTB (Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales) desde 2003 hasta marzo de 2007, por lo que vivió en primera persona la aprobación del matrimonio gay en 2005. Además, estudió Filología Bíblica. Con ella hemos hablado de cómo ha vivido todo el proceso y de lo que queda por hacer.
Pregunta: Has dedicado parte de tu vida a la lucha tanto por los derechos LGTB como de la mujer. ¿Qué te llevó a participar en ello de una manera activa?
Respuesta: Por los derechos de la mujer, porque soy mujer y de las lesbianas porque soy lesbiana (ríe). No, en realidad, estoy en muchas causas, como por ejemplo también en la de las personas con discapacidad. El hecho de sentirme discriminada o de que no tengo todas las posibilidades que puede tener otra persona, es lo que me ha llevado a implicarme de una forma tan activa. Hay gente que se conforma o que no se siente discriminada, pero en mi caso es una cuestión de carácter. Soy muy rebelde y por el hecho de saber que no tengo las mismas oportunidades que otras personas me lleva a implicarme en esas luchas y a dedicar mi vida a ello.
P: Ahora que se han conseguido muchos derechos, como el del matrimonio, ¿cómo valorarías el proceso de lucha que viviste?
R: Yo creo que sorprendente. Echando la vista atrás pienso que lo hicimos muy bien. Se dieron una serie de circunstancias que de no haberse dado, se habría tardado más en conseguir el matrimonio para personas del mismo sexo. Que ganara el PSOE las elecciones o el atentado del 11-M fueron hechos que nos favorecieron en un momento dado y adelantó su aprobación unos años. Al margen de eso, lo hicimos muy bien y trabajamos mucho. Hace poco, una amiga que se dedica a otras causas me dijo que tuvimos suerte. Pero lo cierto es que lo que trabajamos en la federación no tiene comparación con nada. En otras campañas la gente se reúne una vez a la semana, por ejemplo, pero nosotros vivíamos cada día dedicándole horas de forma voluntaria, algo que en aquel momento lo veíamos como normal. Ha habido un trabajo ímprobo.
P: Hay muchos que piensan que ya esta todo hecho porque pueden disfrutar de su condición sexualmente libremente. ¿Realmente está todo hecho?
R: No, porque mañana el Tribunal Constitucional o Rajoy o quien sea pueden quitar el matrimonio gay y eso es algo que ya ha pasado en la historia. Ha habido enormes retrocesos que se nos olvidan. Y aunque no ocurriera esto, tampoco esté todo hecho. Lo estará cuando no haya diferencias, cuando no le importe a nadie decir que es homosexual, cuando a un padre y a una madre no les importe que su hijo sea gay, lesbiana, bisexual, transexual. Que ni siquiera se lleven un disgusto. Mientras eso siga ocurriendo es señal de que algo pasa y de que no es exactamente igual que el hecho de ser heterosexual. También estará todo cuando no exista la homofobia, porque siempre te podrán agredir o insultar.
P: ¿Ves realmente posible que el PP quite la ley que permite casarse a personas del mismo sexo?
R: No creo que el Partido Popular pueda acabar con el matrimonio gay. Para empezar a la gente casada no se la puede descasar. Se podría decir que los casados, casados están, pero los siguientes no. Una vez que el derecho está conquistado, que unos estén casados y otros no, sí que sería una discriminación. Y eso sí que un tribunal diría que es imposible. Jurídicamente creo que es muy complicado. Además, ¿qué harían con todos los niños adoptados? Hay muchas lesbianas que han tenido hijos en este periodo o que ya los tenían y ahora tienen la filiación compartida. No sería nada fácil.
P: Personalmente, ¿cómo viviste tú la aprobación del matrimonio?
R: Con muchísima emoción. Yo no pensaba que me iba a mocionar tanto. Fueron muchos años de trabajar todos los días de las semana y dedicar las vacaciones a ello. Fue como el final de un camino que llegó antes de lo que había previsto. Sabíamos que cuando ganara el PSOE se aprobaría, pero no esperábamos que ganara tan pronto. Fue muchísima emoción. Recuerdo que me hicieron una entrevista y me puse a llorar, y eso que yo soy muy fría con los medios y estoy acostumbrada a tratar con ellos. Yo misma me sorprendí.
P: Querría que me hablaras del machismo gay. ¿Siguen las lesbianas estando discriminadas dentro del propio colectivo?
R: Dentro de las asociaciones, no. Los activistas son gente concienciada. En cambio, en el ambiente gay en general, los gays no lo están tanto. Tal vez sí sobre su propia discriminación, pero no sobre la de las mujeres en general. Me encontré con mucho machismo cuando llegué al ambiente. Cosas que los heteros ya no decían porque les daba vergüenza y eran muy políticamente incorrectas, los gays las decían con toda la tranquilidad del que sabe que no le van a regañar, porque no está rodeado de mujeres en su vida cotidiana y porque al ser tú mismo una persona discriminada parece que puedes decir cualquier cosa. Me di cuenta de que los gays, generalizando claro está, tienen una convivencia mucho más superficial con las mujeres. Los heteros se casan, tienen novias, hijas y es una convivencia más cercana y mas exigente. En cambio, los gays tienen amigas, pero incluso las llaman mariliendres, que es muy despreciativo. Porque, ¿qué es una liendre? Un piojo. Es como sí, es mi amiga, pero me da igual mi amiga. Parece que están ahí para reírles las gracias y si se ponen muy pesadas, las cambian por otras.
Por otra parte, los gays juegan a lo femenino, pero sabiendo que no va con ellos. Es una impostura, al final saben que son hombres y tienen la posición de un hombre. De hecho, hay muchos que la pluma se la quitan y se la ponen.
P: Esa discriminación de los gays no solo existe hacia las lesbianas, sino también hacia los gays que tienen pluma.
R: Sí, es cierto, pero como yo digo, que se lo arreglen ellos (ríe). No vamos a ser nosotras también quienes lo hagamos. Hay muchos gays a los que no les gusta ir con gente que llama mucha la atención y a los que se le ve mucho su orientación.
También es verdad que se trata de una moda actual dominante. En los años de la Transición la mayoría de gays tenía pluma. Era la manera de ser gay más a la moda. Eso se fue difuminando y entró el gay masculino. Ahora todos van al gimnasio y son cachas, como armarios, sin ninguna pluma. Los hombres heteros ya no son así. A los gays se les ve a la legua, pero no por la pluma, si no por la hipermasculinidad. Y todo ello implica que en la medida en que se potencian las cosas masculinas, se van degradando las femeninas.
P: ¿Cuáles son los pasos diarios que deben darse para acabar con la homofobia?
R: Requiere un cambio cultural enorme, teniendo en cuenta que una de las patas de la sociedad es la homofobia y la otra es el machismo. La homofobia ya está un poco más diluida, pero puede resurgir en cualquier momento. Ahora toca trabajar día a día controlando cualquier acción homófoba, denunciándola, llevándola a los tribunales, visibilizando, etc. Y también hay que seguir con luchas parciales por la educación, para que se introduzca la orientación sexual y la educación de género en los planes educativos. Asimismo, trabajamos en planes de trabajo, con los sindicatos, dando cursillos de formación de formadores.
P: Estudiaste Filolología Bíblica, lo que me obliga a preguntarte por la Iglesia. ¿Cómo ves el panorama?
R: Lo veo muy mal. Creo que están locos. No me corto en decirlo, porque es lo que creo. Ya no es la homofobia del PP, que es residual, producto de una educación antigua. La gente que manda en la Iglesia está loca, vive en un mundo irreal, en el que las cosas no son como ellos dicen que son. Están obsesionados con la homosexualidad y el control de la natalidad y nadie les hace caso. Vivimos en un país con los índices de natalidad muy bajos y donde nadie deja de tener relaciones cuando le apetece antes del matrimonio. Es más, la gente católica se divorcia cuando se tiene que divorciar. Siempre digo que en España la gente se casa por la Iglesia la primera vez. La segunda y la tercera ya no (ríe). Sin embargo, a pesar de que no dicen más que tonterías, siguen teniendo un poder político y mediático que no se corresponde con su influencia social real. Es uno de los problemas más grandes. Y aun así la Iglesia no deja de enviar mensajes de odio, sobre todo en el tema de la homosexualidad, a través de palabras que en realidad son muy poco cristianas.
P: Has escrito novela, relato, poesía, ensayo…
R: Sí, escribo un poco de todo. Antes de ser militante, ya escribía. Lo que pasa es que el activismo y ser un poco conocida me ayudó a publicar. Es lo que más he hecho en la vida. He escrito novela y poesía siempre, y el activismo me ha dado la posibilidad de escribir ensayos sobre los temas en los que trabajo. Ahora como ya lo he dejado, paso la mayor parte de tiempo escribiendo. Llevo 8 libros. Siempre compagino al mismo tiempo una novela y un ensayo. Además, me divierte escribir pornografía. Tengo un libro de relatos así y creo que voy a seguir por ese camino, al menos en lo que se refiere a ficción. Creo que hace falta. No me gusta nada una parte del feminismo que es muy conservador y muy puritano sexualmente. Escribir pronografía es una manera de provocar reacciones y, de hecho, las provoco, porque a una parte del feminismo yo no le gusto demasiado.
P: ¿Y siempre escribes sobre mujeres?
R: No siempre. De hecho, en mi última novela, ‘Deseo, placer’, hay una relación hetero en la que quien penetra al hombre es ella, lo que ha generado un escándalo enorme. A los más queer les ha gustado, pero a los feministas conservadores les ha horrorizado. Esa novela no es pornográfica, es compleja, de amor. Pero al final este aspecto sexual es lo único que se ha sacado.
Muchas gracias Beatriz por tu tiempo y por concedernos esta entrevista.
Notícia de AmbienteG:
http://www.ambienteg.com/integracion/beatriz-gimeno-no-creo-que-el-partido-popular-pueda-acabar-con-el-matrimonio-gay